Carlos y Alejandra: Una pareja unida por nudos e hilos de colores

Carlos y Alejandra son novios desde hace tres años y además propietarios de Calos Bracelets, un emprendimiento por medio del cual elaboran pulseras y aretes tejidos con hilos de colores. Lo crearon para pagarse sus estudios de la universidad y hoy, es una mini empresa por la que le apuestan a lo grande.

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Cuando Carlos era adolescente experimentaba con hilos y hacía pulseritas para él o sus amigos y pronto encontró que esos tejidos podían darle ingresos para pagar sus estudios o darse algún gusto.

Luego, al llegar a la universidad le enseñó a su novia Alejandra a elaborarlas y juntos descubrieron que además de pasatiempo, hacer pulseras podía ayudarle a pagar los libros e incluso la cuota de la universidad.

Carlos estudia para chef y Alejandra, trabajo social. Sin embargo, ambos perdieron sus empleos a mediados de 2019 y fue entonces que decidieron que aquello que comenzó como un pasatiempo se convirtiera en una pequeña empresa, fusionaron sus nombres y en junio de 2019 crearon Calos Bracelets.

“Nosotros éramos cien por ciento primerizos en el emprendimiento, y estamos siempre aprendiendo porque no es fácil, pero trabajamos por un producto que sea original y totalmente hecho a mano, con hilos, perlas naturales o cultivadas. Vemos desde el diseño gráfico hasta la artesanía”, explicó Carlos.

También elaboran recuerdos para bodas o cajas sorpresa donde incluyen la pulsera y cada día buscan nuevas opciones para innovar, ya están por ejemplo experimentando con el macramé y haciendo aritos y collares con esta técnica.

Uno de los elementos diferenciadores, explica Carlos es que personalizan cada pieza, desde colocarle letras, fechas o mensajes a una pulsera, hasta incluir también una tarjeta con un texto elegido por el cliente.

Alejandra asegura que cada uno tiene definido su rol dentro del emprendimiento. Ella se encarga de las redes sociales y del trato con los clientes y Carlos de la confección de las piezas.

Aunque han debido innovar en la forma de vender, sobre todo en los días de confinamiento, producto de la pandemia ya que cerraron los lugares donde vendían, como colegios, universidades y centros comerciales, y apoyados por otros amigos emprendedores pudieron apostar por el domicilio y salir adelante.

Pero además Alejandra dice que la pandemia les ayudó a hacer un giro de 160 grados para renovarse con el emprendimiento, hacer su plan de negocios, tomar cursos en línea para conocer más el negocio y definir hacia dónde quieren llegar.

“Queremos tener un local, dar a conocer que nosotros somos diferentes, no sacamos lo de la competencia, esa es nuestra meta, llegar a que la gente nos vea, que conozcan la marca y expandirnos con más diseños”, contó la joven.

Fue durante esos días de confinamiento cuando eligieron al lobo como logo de Calos Bracelet, porque según la pareja tiene fuerza, trabaja en equipo y es un líder, por lo escogieron como símbolo de lo que ellos son y quieren seguir fortaleciendo.